jueves, 13 de febrero de 2014

LA REFUNDACION DEL PAIS: Un compromiso ciudadano

Por. Ricardo Cardona Alvarenga.

Durante meses se ha suscitado en el país, un amplio debate sobre tres cuestiones que se vuelve indispensable resolver para garantizar una sana convivencia social.
1)   El generalizado irrespeto a la legalidad y a las más elementales normas de convivencia ciudadana, la contravención a  las regulaciones institucionales, la contradicción entre los intereses de  los partidos políticos y el interés generalizado de la población,  son cuestiones que se asumen como parte de la realidad. En este contexto el atentado a las más elementales normas de ética profesional  pareciera ser ya parte de nuestra cultura. 
2)    La cada vez más compleja situación económico / financiera de grandes sectores sociales, una  situación de  práctica subsistencia motivada por  los  altos índices  de desempleo y subempleo,  escasa inversión productiva y  exiguo nivel de crecimiento económico. Los cambios de enfoque en el tratamiento de los problemas, la profundización de las reformas fiscales, la reorientación del gasto social y el endeudamiento creciente ya no son suficientes para atenuar la situación.
3)   Los altos índices de inseguridad ciudadana, violencia e intolerancia que se manifiestan en la ausencia de valores en todos los ámbitos de la vida en sociedad, lo que propicia  una profunda desintegración social. Situación por demás,  mucho más difícil de enfrentar y corregir ya que se vuelve parte intrínseca de las personas, de su forma de sentir y actuar,  parte de su acervo cultural.
Ante tal estado de descomposición, el país necesita emprender sin mayor dilación una verdadera y profunda transformación estructural, una redefinición de los cimientos sobre los que se sustenta la institucionalidad y el funcionamiento del Estado.
La adopción de decisiones políticas valientes y  consensuadas, el impulso de medidas económicas  aplicadas con rigurosidad técnica y ética profesional y un intenso y generalizado esfuerzo formativo en principios y valores,  hacen viable  todavía, en opinión de los que vemos el futuro con optimismo, corregir el rumbo del país.
La única salida pues, de acuerdo a la opinión compartida por un conjunto importante de trabajadores, profesionales y académicos, es lo que se podría definir como  “La Refundación del  País”, sustentada en un gran acuerdo Nacional, para transformar:
1)   La visión del estado, los compromisos políticos  y la propuesta de nación, el tratamiento de la seguridad con todas sus aristas y vertientes, física, jurídica e institucional y el andamiaje legal y organizacional que la sustenta.
1)   El modelo de gestión gubernamental y su prospección programática institucional,  La política económica monetaria, crediticia y fiscal y su articulación a una propuesta de generación y acumulación de riqueza, ahorro e inversión.
1)   El rol y la composición del tejido social, los mecanismos de participación ciudadana y contraloría social y el  programa de acción  social y prestación de servicios básicos, educación y salud incluyendo  la generación de empleo,  la forma de retiro y el tratamiento del régimen de pensiones.
Esa transformación deberá sustentarse en:
Tres ejes prioritarios de acción:
1)   Un eje jurídico institucional y de fortalecimiento democrático, que impulse la modernización de la infraestructura institucional a fin de facilitar el ejercicio eficiente de la actividad gubernamental y la prestación de servicios, incluyendo la despartidización de las instituciones y la rendición de cuentas.
2)   Un eje de Innovación, tecnología y desarrollo, poniendo al país en el primer nivel del conocimiento incentivando la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico,  el incremento de la productividad y el crecimiento robusto y sostenible de nuestra base material y nuestra riqueza.
3)   Un eje de integración y cohesión social que desarrolle mecanismos efectivos de participación, representación y control ciudadano, el fortalecimiento de los principios cívicos, valores morales y éticos en el ejercicio profesional y el respeto y confianza hacia los demás.
Tres momentos en el tiempo:
1)   un plan de contingencia “del 1 de julio 2014 al 31 de diciembre 2015” que  deberá garantizar las condiciones de una verdadera transformación, con decisiones difíciles pero valientes que aseguren el impacto deseado, en el cambio del rumbo necesario para iniciar la recuperación. La medidas puntuales se deberán impulsar con la aprobación del gran acuerdo nacional y ser claramente definidas y aceptadas por todos.
2)   Un Plan Quinquenal  de gobierno “2014 – 2019”, congruente con las reformas planteadas que  deberá  crear las condiciones y desarrollar las acciones, incentivos y controles para generar el impulso decisivo a la inversión y al crecimiento de la producción y del empleo.
3)   Un plan de largo plazo, “Proyección del país al primer cuarto de siglo, 2014 2025”, que deberá contener  las grandes líneas de acción del nuevo país, definir y señalar claramente el rumbo que queremos construir durante los próximos años, un país del siglo XXI, el país del Bicentenario.
Tres espacios de acción:
El Estado Salvadoreño debe articular su desempeño en tres ámbitos de acción:
1)   El nacional a través de un gran acuerdo de concertación como se ha señalado, con rumbo, cronograma y desarrollo programático definidos.
2)   El regional generando un decidido impulso a la integración regional y la consolidación de acuerdos en todos los temas de interés y beneficio común y
3)   El internacional que garantice relaciones diplomáticas, comerciales y de cooperación con todos los países y regiones y aproveche las ventajas comparativas y competitivas nacionales y regionales.
Tres requisitos para la transformación:
1)   La conformación de  un “Consejo de Notables”, que prepare una propuesta de reforma constitucional, adecuada a la realidad nacional, al contexto internacional y a la necesidad de consolidar el modelo democrático, y el modelo de país propuesto.
2)   La conformación de un “Consejo Asesor de Planificación”,  que asesore la definición y puesta en marcha del modelo económico que regirá el crecimiento, la generación de riqueza y el desarrollo sostenible.
3)   La creación de los “Comités de Gestión Local (CGL)” que garanticen la conformación del grupo adecuado para conducir la participación ciudadana en las distintas localidades.
La designación de estas instancias debe ser un ejercicio democrático de representación que garantice su legitimidad y asegure su funcionalidad. La garantía de efectividad entonces, a diferencia de otros ejercicios del pasado,  consistirá en lograr la conformación óptima del grupo propulsor, asegurando la conjunción de las siguientes condiciones básicas:
Tres condiciones de efectividad:
1)   Autoridad, que representa a quienes tienen el derecho legal de decidir en función del cargo que ocupan.
2)   Poder, que representa a quienes participan directamente en la implementación de las medidas y  por lo tanto pueden apoyarlas o boicotearlas.
3)   Influencia, que representa a aquellos que, sin contar con la autoridad ni el poder, dominan la tecnología o la información necesaria para convencer a otros de apoyar las decisiones.

Solo la confluencia de esos tres factores (CAPI), puede optimizar la eficacia de las medidas, el logro de resultados tangibles y la sostenibilidad en el tiempo. La ciudadanía por su parte debe sumarse a los diferentes esfuerzos y exigir su espacio para ser escuchada y tomada en consideración en el tratamiento de los temas que le atañen.

Tres reflexiones finales
Como señaló sabiamente en alguna oportunidad el gran estadista Konrad Adenauer
  • La política es demasiado importante para dejársela solo a los políticos”
y como estableciera Charles de Gaulle,  a la postre impulsor de la construcción de la “quinta república”, 
  • “La deliberación es trabajo de muchos, la decisión, de uno solo”
y finalmente como dijera el mismo Aristóteles,
  • “No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico.”…….


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