Por. Salvador
Rodriguez González
Una guía para
tomar una sabia decisión, es aclarar su misión personal en la vida, pues
dependiendo de lo que considere es la razón de su existencia, es decir, la misión
que le asigno el creador al traerlo a este mundo, así serán sus acciones. Si
considera que su misión es: hacer dinero; alimentar su ego; dejar huella
positiva; lograr el bien común o facilitar la vida de los demás, ello es lo que
orientara su rol como Presidente y sus acciones serán consecuentes con tal
decisión, aunque no le guste a quienes tengan otras percepciones. Nos queda
entonces confiar en que los valores y principios del señor Presidente, aquellos
que mostro en el pasado y le llevaron al poder, le harán retomar el camino que
mas conviene a este grandioso país y a un pueblo estoico, que le confió su
destino. No se vale aprovecharse de las necesidades de los demás, para
desfalcar a un estado moribundo, como ha sido tradición en muchos países, como
el nuestro.
Vale la pena
reflexionar, que Cliente es todo aquel a quien satisfacemos necesidades y que
de el dependen los éxitos y fracasos de un líder y sus instituciones; que
además, no podremos conocer a fondo sus necesidades, si nos aislamos y
distanciamos de él; si no hacemos empatía con su realidad y si los intereses
personales o de grupo, nos alejan.
Si el líder no
participa en la solución de los problemas de su pueblo, deberíamos acusarle de
mala praxis gerencial.
Cada país tiene
ricas historias que contar, sobre líderes que llegaron a enriquecerse, sin
importar las condiciones de su pueblo y tradicionalmente, quienes sudaron la
camiseta en las campañas electorales, siempre ocuparon los puestos importantes
del gobierno electo y, estos a su vez, armaron un circulo asfixiante alrededor
del Presidente, que nublo su visión de la realidad nacional, creándole una
realidad virtual y muros infranqueables, que al final generan desencanto en
quienes le confiamos el voto. Construir un muro de los lamentos no es la
solución, la sociedad civil debe fortalecerse y exigir que sus líderes cumplan
su rol.
Hoy más que
nunca los países necesitan generar una nueva historia, la crisis global, la férrea
competencia global y el analfabetismo en gestión pública, mostrada por algunos líderes
actuales y pasados, generan una situación alarmante. El enfermo está en la UCI,
trabajemos por recuperar su salud. ¿Cómo? solucionando los problemas de las grandes
mayorías, mejorando las condiciones de vida de los más necesitados, optimizando
los escasos recursos disponibles y construyendo una nueva forma de relacionarnos.
Abandonemos la cultura del vivo y la ley
del más fuerte y heredémosle un mejor futuro, a las nuevas generaciones.
También es justo
realizar, que en nuestros países, nadie fue educado para ser Presidente, a
todos les ha tocado aprender en el camino y al igual que en la vida, aprendemos
a vivirla cuando estamos por morir y los Presidentes aprenden el oficio, cuando
ya es muy tarde y les toca salir.
¿Quién es el
Patrón del Presidente? Todo ciudadano que tiene
necesidades insatisfechas y que le contrato con su voto, como única esperanza
para cambiar su vida; confiemos en que el actual Presidente lo entenderá y cambiara
la omnipotencia por la humildad; el egocentrismo por la empatía; el despilfarro
por la austeridad; el abuso por la honradez y el irrespeto a los demás, por el
reconocimiento de su valor, como ser humano. Aún es tiempo.
El peor pecado que un líder puede cometer, es hacerle perder
la fe a su gente.
Los ciudadanos
siempre confiaron en sus líderes electos y cada elección, es vista como su
última esperanza; aunque sea al final de su mandato, todo Presidente debe
hablarle a su pueblo de frente; con la verdad como escudo; luchando por cumplir
lo que ofreció; escuchando críticas y aceptando yerros; buscando integrar una
sociedad, que por desgracia, cada día se desintegra más. Solo así podrá pasar el
examen final presidencial, al terminar su mandato.
¿Quién es el
Patrón del Presidente? Usted ya lo sabe, Señor
Presidente.
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