Por. Salvador Rodriguez González
Cuando Mauricio Funes creo el Vice
Ministerio de Ciencia y Tecnología dentro del Ministerio de Educación, me alegré
mucho; aunque dudé que esta fuera una decisión seria, pues el nivel jerárquico
de tercera categoría asignado, impediría que la CC y TT lograra superar los
obstáculos de la Burocracia, para convertirse en el eje transversal que
dinamizara todas las áreas de actividad económica y social del país, como
ocurre en todo país del siglo XXI.
Casi 8 años después vemos con mucha
lástima, que tal creación, más bien fue para cumplir un requisito de los
cooperantes, que una conciencia clara de nuestros líderes políticos, sobre
construir un nuevo modelo de desarrollo basado en la CC y TT. Es por ello que
cada vez nos alejamos del resto de países de la región, ya no digamos del
mundo, pues hasta los africanos están adaptándose al nuevo mundo basado en el
conocimiento y la innovación.
La directora gerente del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Christine
Lagarde participó recientemente en un simposio
sobre políticas fiscales en la ciudad de Chengdu, China, previo a la reunión de
ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 y en su
discurso expreso:
"Las políticas impositivas tienen que estar bien
orientadas, centrarse en investigación y desarrollo, transferencia tecnológica
e innovación empresarial". “Además, se
mostró partidaria de los incentivos impositivos, así como otras políticas de
estímulo más generales, para impulsar la innovación de los emprendedores”.
Y nosotros ¿permanecemos en una sociedad de los años 70´s? Quizás SI.
Mientras el mundo se basa en el
descubrimiento y aplicación del conocimiento en la solución de sus problemas
vitales, en nuestros países seguimos creyendo que de la explotación de los
recursos naturales, debe depender la calidad de vida de nuestra gente. Un ex ministro
de economía se atrevió a recomendar que sembráramos loroco en nuestras casas y
lograríamos salir de la pobreza.
Por otro lado, las discusiones entre
políticos y letrados siguen basándose en: quien es el más corrupto; estadísticas
de homicidios; si el PIB subió o bajo 1/2 punto; acusaciones de comunistas y
oligarcas; medidas asistencialistas para
los más débiles, no en facilitarles herramientas para mejorar su calidad de
vida; ineficiencia de las instituciones públicas; gobiernos y oposición mantienen
batallas estériles sobre quien tiene la solución, sin entender que individualmente
ninguno la tiene y que siempre estarán
en conflicto, si antes no deciden trabajar juntos y ponerse de acuerdo, sobre
cuales son los problemas prioritarios del país.
“La formulación de un problema, es más importante
que su solución” . Albert Einstein.
Un amigo me decía recientemente: “En los años 70´s, la izquierda fabricaba
crisis cuando era oposición y se planteaba como la esperanza de los débiles,
pero sigue actuando igual cuando es gobierno; sigue creando crisis para
mantenerse en el poder y piensa que la gente sigue creyéndoles. La derecha por
su parte, cerraba los espacios y construía círculos pequeños de poder y riqueza
que al final explotaron, por la ambición desmedida de pocos y la corrupción
descarada que provocaron”.
Las palabras de mi amigo deben llamar a reflexión,
no solo porque expresan nuestra historia
reciente, sino porque en el mundo desapareció la lucha anticomunista; la gente
está mejor informada; los recursos naturales han sido igualados y superados por
el uso del conocimiento, para satisfacer las necesidades humanas...etc. Estamos
ante un cambio disruptivo en las sociedades; algunos no se han dado cuenta o no
quieren y luchan por conservar sus antiguos privilegios; es por ello que debemos
transformar todas nuestras organizaciones enfocándolos al bien común y ya no
hay tiempo; cambiemos de mentalidad y subámonos al tren de esta nueva realidad.
El viejo adagio detenerse es estancarse
hoy se traduce en: detenerse es retroceder. Estamos en el 2016 y algunos seguimos en
los años 70´s.
Líderes
políticos, empresariales, académicos, religiosos, sindicales…etc.
recuerden que hoy es su oportunidad para demostrar vuestra valía; el reto es
transformar el país y eso inicia transformando vuestros paradigmas de gestión, y
a sus organizaciones. Hoy es la oportunidad, no tendrán otra, pues como dijo Eduardo Portela,
Ex Ministro de Educación en Brasil,
“Yo no soy ministro; tan sólo estoy ministro”.
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