martes, 22 de mayo de 2012

¿Quisieras ser el Presidente de un País Democrático?


                                                                         por Dr. Ichak Adizes

He tratado en vano de reorganizar los poderes ejecutivos de varios países democráticos. Si he logrado algún éxito, se debió a la implementación informal de medidas - a través de los asistentes al Primer Ministro o al Presidente.
El organigrama no cambio. Por lo general era necesario cambiar el organigrama, porque el país tenía ciertos problemas o prioridades y el gobierno no estaba organizado para lidiar con ellos de frente.
Tomemos por ejemplo, el problema de las drogas en los Estados Unidos. El zar de la droga como se le llamaba, tenía que coordinar con otros ministerios en la guerra contra las drogas. En otras palabras era un zar sin soldados. Sin oficiales o generales, sin tropas. Lo único que era capaz de lograr, lo hacía al " estilo  judío": horas de rogar y suplicar.
No funcionó y no puede funcionar. ¿Por qué no?  Porque la estructura de las  unidades del Poder Ejecutivo del Estado, está determinada por la ley. Con el fin de eliminar un ministerio y establecer otro, se debe pasar por el Poder Legislativo para obtener la aprobación. Esto es complicado, ya que es el juego político el que determina quién recibe qué posición o que ministerio; por ejemplo, para convencer a un partido, a que se incorpore en una coalición en particular, la coalición debe ofrecer el liderazgo del Ministerio de Economía, por ejemplo. Por lo tanto, tratar de hacer cambios en los ministerios, significa negociaciones políticas adicionales, lo que podría desestabilizar al gobierno o incluso hacer caer el gabinete.
En Montenegro, la Agencia de Protección Ambiental (con un pequeño presupuesto) está estructurada para reportarse a la Secretaría de Turismo. Debido a que el país está muy entusiasmado en el desarrollo del turismo,  la agencia se ve obstaculizada en la protección del medio ambiente. Es lo mismo que si el departamento de control de calidad de una organización industrial, sea parte de la unidad de producción.
Cuando la dirección de los ministerios se asigna a los partidos políticos, estos nombramientos tienden a depender de la política interna del partido. Por lo tanto, lo más probable es que se harán nombramientos equivocados. Tomemos a Israel como ejemplo: Se tuvo una vez un ministro de defensa que tenía cero experiencia en materia de defensa. De hecho, se volvió un organizador sindical.
Los presupuestos de los ministerios también forman parte de la política de "estira y encoge". En Israel, por ejemplo, los partidos religiosos siempre insisten en liderar el Ministerio del Interior, porque este determina la ciudadanía y realiza la función de “vigilante” en cuanto a quién es un Judío o no. A cambio de votar por el Primer Ministro, esperan una asignación presupuestaria importante para las escuelas religiosas, a pesar de que en ese momento, podría no ser la prioridad más importante del país.
Ahora observe como el Presidente o el Primer Ministro maniobra con su agenda. El gobierno no está estructurado para dedicarse a sus prioridades; los presupuestos no reflejan sus prioridades, y las personas que lideran los ministerios, no necesariamente tienen las habilidades para desempeñar su cargo.  Adicionalmente, los ministros que pertenecen a un partido distinto al del Primer Ministro, son más leales a su partido que al Primer Ministro. Y, por supuesto, algunos de los ministros de su propio partido, están orando por su dimisión, para poder tomar su puesto. Bajo estas circunstancias, ¿Qué motivación se podría tener para tomar decisiones difíciles? y ¿qué posibilidades se tienen de ver que se cumplan?
He aquí una barrera más a su efectividad como líder: Una parte importante del presupuesto del gobierno, se destina al pago de los empleados del gobierno, que están organizados en sindicatos fuertes y tienen un alto porcentaje de votantes activos. Si usted trata de hacer una reforma económica, que amenace su parte del pastel de gobierno, los sindicatos se irán a la huelga, el país se paraliza, y no es muy probable que sea relecto. ¿Qué haría usted? (estoy describiendo aquí a Brasil). Actuaría como si estuviera en control, haría un montón de discursos, pero sin hacer olas ¿correcto?
Lo mismo me ocurrió con el gobierno de Vicente Fox en México. Traté de dar más poder a las agencias de gobierno relacionadas con la ley y el orden, ya que era prácticamente inexistente (la razón del porqué, será tema de otro artículo). Pero la creación de esa estructura necesitaba la aprobación parlamentaria, y Fox no tenía el control de su propio partido, y mucho menos del Parlamento. Además, la mayor parte del presupuesto del gobierno era destinado a la educación, que ha sido y es ineficaz, obsoleta e injustificadamente cara. Por lo tanto, la educación tiene tantos recursos, que los desperdicia, mientras que la ley y el orden está en una dieta anoréxica - pero el cambio no puede ocurrir: el sindicato de maestros es muy poderoso y además votan en masa.
Entonces, ¿qué sucede? No hay nada más que promesas vacías. Yo no creo que sea extraño, que la gente no confíe en sus líderes políticos. Lo que no puedo entender  es ¿por qué una persona normal, quiera liderar un país bajo esas circunstancias?
La única explicación que se me puede ocurrir es, que el ego del líder potencial es tan enorme, que se convierte en un prisionero de su propio ego y cree que puede manejar, lo verdaderamente inmanejable. O bien, entra en la negación y se convierte en el rey del cuento infantil "El traje nuevo del Emperador" Finge liderar y ser poderoso, mientras que en la realidad, todo el mundo sabe que está desnudo y que es un fracaso.

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