jueves, 20 de noviembre de 2014

Anarquía y caos

Por. Ricardo Cardona Alvarenga
No, no se trata del nombre de un grupo musical, ni de una obra de teatro. Es la triste realidad que enfrentamos los que vivimos en la otrora bella ciudad de San Salvador.
El centro histórico es más bien un centro histérico. Las ventas ambulantes y las menos ambulantes ocupan dos y tres carriles de la calle pavimentada por donde alguna vez circularon los vehículos. Las aceras que fueron diseñadas para la circulación de los peatones están simplemente tomadas y por si esto fuera poco, aceras y calles están sucias, llenas de basura de todo tipo, las cunetas destrozadas y las paredes manchadas.
La música y los anuncios con excesivo volumen y alto grado de saturación y los olores fuertes, de todo tipo, contribuyen a la contaminación del ambiente.      
Una cantidad importante de personas caminan en todas direcciones esquivando los carritos de venta y a los  bolitos que no faltan,  saturando los escasos tramos de calle que aún se logran divisar entre quioscos de reparación de celulares , carteras, cinchos, detergentes,  carritos de plátanos, naranjas  y un sinfín de etcéteras.
Entre desorden y más desorden hay una delgada franja que utilizan para circular, los valientes que se atreven a desafiar la aventura de visitar el centro de San Salvador en franca competencia con los buses que con su negra estela de humo, atraviesan la zona con atemorizante velocidad.
Como corolario de lo anterior y vivo reflejo de nuestra ciudad, en nuestro sufrido país, los conductores cruzan y se estacionan donde está prohibido, las franjas y zonas amarillas son meros adornos, los autobuses improvisan las paradas para subida y bajada de pasajeros, en fin, se hace gala de la anarquía y el caos como forma de vida.

Y las autoridades? Bien gracias. En reunión o inaugurando “obras” o en el mejor de los casos, en campaña política, como dicta el manual. 

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias Ricardo por tu artículo, que debería ser un llamado a los candidatos al cargo de Alcalde de San Salvador a dejar de lado, de una vez por todas, la politiquería en la toma de decisiones alrededor del Centro Histórico de San Salvador.
Es un hecho que el Centro refleja la marginación en su expresión máxima y, como tu bien dices, la anarquía y el caos.