miércoles, 5 de marzo de 2014

¡El contrato social que El Salvador necesita!


                                                                    Carlos M. Lobato
I
Oh, mia patria sì bella e perduta
Oh, membranza si cara e fatale
(Giuseppe Verdi, Il Nabbuco, Coro degli schiavi)[1]

Introducción
Las reflexiones a continuación mencionadas son solamente un perfil, sin entrar en detalles, de los graves problemas que afectan al país, y una propuesta de cómo buscarles a las mismas, una solución: trazar el perfil imaginario de lo que en ciencias políticas se llama un “contrato social”.  Un objetivo, del cual estoy consciente, poco o nada se va a realizar. Para definir el contrato social que el país necesita, tengo que partir de los graves problemas que afectan a la mayoría del pueblo salvadoreño. Conjunto de hechos de injusticia y subdesarrollo que  de alguna manera son tomados en cuenta por todos los partidos políticos. Para luego contraponerle un listado de buenas intenciones. Tipo: “hay que promover el empleo” o “prioridad a la seguridad ciudadana” y otras por el mismo estilo.
Santa gracia, la cuestión reside en el qué hacer para resolver dichos problemas. Le tienen que decir a cada ciudadano como piensan hacerlo. Sobre el cómo y el qué hacer se puede emitir un juicio. Las buenas intenciones son siempre loables, mas son demagogia de quinta categoría si no se acompañan de un “cómo llevarlas a cabo”. Peor todavía, si se deja en lo oscuro la problemática real del país.
El qué hacer, es lo que se debería hacer para resolver las intrincadas causas y problemas de la injusticia nacional, y ello es el contenido del contrato social. El qué hacer sería responder con hechos, morales, políticos y económicos, a lo que los salvadoreños necesitan. Lo cual no va a suceder, porque cualquier fuerza (política, económica, religiosa, cultural, histórica, etc.) que tenga voz en capítulo, cualquier gobierno que se conforme encontrará en su seno, al igual que en el área del poder político, económico y proto-cultural, en el sistema institucional, en el parcialmente obsoleto sistema jurídico, en la sempiterna herencia de la mentalidad colonial, en los intereses de grupo y de clase: en todo ellos, barreras infranqueables que impiden cualquier intento de progreso racional.
Sintetizando, “el qué hacer” en su conjunto podemos definirlo como el contenido de “El contrato social que El Salvador necesita.” Objetivo que no parece estar en el horizonte de las fuerzas políticas actualmente existentes.
Las causas de la pobreza y la injusticia hereditaria actualmente se presentan de la siguiente forma: 1) Falta de seguridad ciudadana y de orden público 2) Economía y Finanzas que sólo favorece a la neo-oligarquía, y en el otro extremo, para el pueblo, extrema pobreza en general 3) Salud y sistema hospitalario insuficiente 4) Sistema educativo extraño a las necesidades del país, pedagogía social inexistente y protección de la familia abandonada a las corrientes destructivas de la pobreza 5) El sistema de derecho positivo en cuestiones fundamentales obsoleto y la laicidad del Estado condicionado por el fundamentalismo de sectas católicas (tipo Opus Dei) que esperamos el papa Francisco las ponga a raya. 6) Relaciones internacionales primitivas, incapaces de desarrollar una estrategia diplomática favorable a la situación del país. 7) Una mentalidad de sub-cultura colonial, marca de fábrica de la vieja y de la nueva oligarquía, con la cual corrompen todos los espacios del pensamiento patrio.
1-Por seguridad ciudadana entendemos ponerle paro al negocio mortal de la violencia que aflige a todos los salvadoreños. El crimen organizado, es un negocio que favorece a las grandes empresas y además de ser un fuerte factor de corrupción, frena la actividad productiva pequeña y mediana, espina dorsal del crecimiento económico, en general la lucha por la supervivencia de la población activa.
El orden público atañe sobre todo a la corrupción y a la falta de justicia de las instituciones estatales. La falta de un ambiente social-nacional que permita que el desenvolvimiento cotidiano de la vida se desarrolle en paz, creativa y solidaria. El pueblo, no sólo las empresas, necesitan urgentemente de un ambiente de confianza.
2-El problema económico, sin mayor análisis se entiende que toca el grave problema del crecimiento, el desempleo masivo y la soberanía alimentaria. Cuestiones de fondo son el empleo, las vías de comunicación hacia el Norte, Sur, Atlántico y el Pacífico, el suministro energético, del agua en general y del agua potable en particular.
La cuestión financiera toca quitarse de encima la imbecilidad de la dolarización, el latrocinio bancario, el lavado de dinero mal habido, el sistema legal que debe regular las finanzas, la normativa fiscal del sistema impositivo y los empréstitos internacionales.
3-La salud de los ciudadanos significa resolver el problema de la mortalidad infantil, las enfermedades endémicas, y el hecho de que no todos los salvadoreños se benefician del Seguro Social. Vacunar el sistema del Seguro Social contra las privatizaciones. Potenciar la medicina preventiva. La mayor parte de los médicos quieren ayudar al país: los frenos son presupuestarios e institucionales. En fin, un sistema de salud que comprenda a todos los ciudadanos.
4-El sistema educativo del país refleja la brutal política de la ignorancia disfrazada de sistema educativo que la oligarquía vieja y nueva han construido sobre la piel de la pobreza. La fuerza intelectual magisterial toma muy a pecho la educación; pero no puede hacer mucho, porque el sistema colonial no tiene un objetivo racional. El sistema educativo no tiene objetivos claros. No toma en cuenta la realidad del país que no se basa en los que asisten o pueden asistir a la escuela o a los colegios como se llaman las escuelas privadas y olvidan el grave problema de la deserción escolástica que reproduce la pobreza, la cual a su vez multiplica la deserción de la escuela. Un perfecto círculo diabólico creado por la oligarquía.
En problema semejante se encuentran los que asisten. La escuela media (secundaria) no tiene sentido para los miles de jóvenes que deberían del sistema alcanzar un nivel de profesionalización real después de la secundaria. Ningún país avanzado, ninguno, tiene su sistema organizado, en el sentido de que encuentra su finalidad (movilidad social) solamente en la Universidad. Por otro lado las universidades privadas, son muy deficientes, unas en mayor grado que otras; y la Universidad Nacional tampoco funciona como se debe. No sólo por falta de recursos y apoyo, sino por falta de un concepto claro de los objetivos de una Universidad. Todo esto hay que cambiarlo. Pero no se va a hacer.
Independientemente de los anterior va de por sí que la alfabetización y una obligatoriedad mínima escolar tiene que ser coherentemente puesta en marcha. Hay que arrancar de raíces la reforma educativa del 1968 y los sucesivos parches de las décadas del ochenta, noventa y el dos mil; pero sin volver a la que existía anteriormente, sino estructurar una que responda a las necesidades ciudadanas. La fuerza viva del crecimiento económico, ético y cultural de un país son las profesiones técnicas intermedias.
Pedagogía social significa promover mediante la cultura, los principios de la convivencia social y solidaridad. Sostener presupuestariamente el desarrollo cultural. En El Salvador existe un excelente “banco” de fuerzas pensantes, intelectuales, que han sido siempre puestos de lado por las viejas y nuevas oligarquías, por las fuerzas políticas tanto de derecha como de izquierda. Tanto para recordar cuan profunda sea la mentalidad colonial, anti-intelectual, que está viva en griegos y troyanos.
El principal sostén de los hijos en El Salvador son las madres solas: otro ejemplo de la mentalidad colonial, el machismo que castiga a la familia y a la infancia. Sistema apoyado por las oligarquías de siempre que se llena la boca hablando de familia, pero nunca ha movido un dedo para ayudarla.
5-La partidocracia, el conflicto entre los poderes del Estado, el imperialismo ideológico de una secta católica que ha influenciado al Estado para que imponga leyes que criminalicen sobre todo a las mujeres desamparadas, son muestras de la fallas del sistema de derecho positivo y de la debilidad del Estado laico, que se extiende a una serie de leyes obsoletas de los códigos, residuos de la edad media, principalmente en los códigos procesal penal y penal. Desde la Constitución hasta los códigos son impelentes urgentes reformas. Pero griegos y troyanos, derechas e izquierdas, más que interesados en “enderezar (poner derecho) lo torcido”, están interesados, con diferentes objetivos, en reforzar la partidocracia.
6-En las relaciones internacionales falta un objetivo y programa coherente que favorezca la soberanía del país y promueva un sostén adecuado de los objetivos y proyectos nacionales. Una mejor posición en las relaciones internacionales, políticas y económicas, se obtiene si se toma conciencia que el punto de partida es contar con los propios medios, capacidades y fuerzas actuales. Es necesario reactivar el proceso de Unidad Centroamericana. Menos pláticas, y construir una red de vías de comunicación por toda Centroamérica.

La fuerza política que tome el control del ejecutivo, al problema del desempleo igual que a los otros graves problemas del país, no le va a encontrar una solución adecuada, porque todas las causas y efectos que hunden al país en el subdesarrollo y la pobreza están estrechamente ligadas entre sí. La violencia, el crimen organizado, el desempleo, las actuales estructuras económicas dominantes que prioritariamente (finanzas y otros servicios) no producen riqueza, como pretenden algunos ingenuos, sino dinero. El dinero no es riqueza real, sino medida virtual-simbólica que refleja el tiempo de trabajo social. En nuestro caso, los millares de horas de trabajo de los salvadoreños, principalmente en los Estados Unidos, cuyo valor se realiza en el consumo nacional de bienes importados. Ese tiempo de trabajo ha producido riqueza en los Estados Unidos, mas no en El Salvador.
En  fin de cuentas, el sistema educativo, la pobreza que acompaña la falta de producción de riqueza, la violencia como negocio, etc.; son fenómenos de la problemática nacional que no pueden resolverse aisladamente, sin haber tratado simultáneamente los otros nudos del mosaico de injusticia patria.
a)      El qué hacer de las soluciones implica la unificación mayoritaria, de las fuerzas políticas democráticas, del Estado, de la Sociedad Civil, la responsabilidad de cada ciudadano. Todo lo cual no puede lograrse sin un eficiente liderazgo político, al cual, democráticamente se le otorgue la confianza ciudadana, porque en mano tienen un claro qué hacer programático de sacrificios y ventajas, que ponen en marcha medidas resolutivas de la tragedia nacional. Lo cual hoy como hoy no se da por ningún lado. Sí, mucha fiesta y mucho blablá. Mucha demagogia y mucho populismo.
b)      Hasta hoy día no existe un liderazgo político (no hablo de una persona, sino de una fuerza política dirigente debidamente representada por personas, en todos los niveles de la sociedad) capaz de hacerle frente a los problemas del país.
c)       Respecto al principal partido de derecha, ARENA, baste echarle un vistazo a su “obra” durante los 20 y pico de años que mantuvo el monopolio del poder. Desde la incapacidad de resolver la erupción de la violencia pos tratados de Chapultepec, su incapacidad de reactivar la economía, el aprovecharse a manos llenas de la diáspora de los salvadoreños, sostenido las vergonzosas tasas de desempleo, fuente de sus vampíricas especulaciones bancarias mediante las remesas, el abandono del campo, su incapacidad de reactivar una agricultura eficiente, su indiferencia de cara al problema urgente de la autonomía y soberanía alimentaria, hasta el caos de los transportes públicos metropolitanos, pasando por una marea de corrupción, latrocinio y dolarización. En medio de todo ello, su única coherencia y objetivo ha sido el de sostener los intereses de los ricos.
Si además del estrecho círculo de los pudientes, obtuvo del soberano pueblo salvadoreño suficientes votos para que se apoderase del Ejecutivo, ello ha sido el resultado del miedo ante la izquierda, del cual padecen amplias fajas de la población. Temor en gran parte irracional, en parte consecuencia de los errores cometidos por la izquierda durante la guerra civil y durante su ejercicio en la Asamblea de Diputados. Los votos que recoge Arena son votos ideológicos, y no programáticos o en favor de una persona. Son los votos del miedo y la demagogia.
d)      Lo mismo vale para el ex-presidente Saca. Si se toman como muestra sus años de gobierno, no hay mucho de positivo, y sí, mucha corrupción y mal gobierno. Saca representa los intereses de un nuevo sector de ricos provenientes de las inmigraciones del Medio Oriente, en competencia con los ricos de descendencia hispánica, de Europa Oriental y menjurjes europeos varios, apoyados por la secta elitista de la iglesia católica, el Opus Dei. Saca sabía que tenía pocas posibilidades de obtener un segundo mandato presidencial. Por lo tanto su táctica ha consistido en obtener un número significativo de votos, que le sirvan para negociar el apoyo de su grupo político, a cambio de ventajas políticas y económicas para su grupo o sus intereses personales. Que el vencedor llegue a ser de derecha o de izquierda no le importa mucho. Es lo que se llama “realismo (oportunismo) político”.
e)      La principal fuerza política de la izquierda es el FMLN. El análisis y perspectiva políticas de dicha fuerza es bastante complejo, en primer lugar porque los sectores socialmente débiles, pobres y más necesitados de la sociedad salvadoreña, fijan sus esperanzas en dicho partido. Por otro lado, su papel al lado, marginado, en el gobierno Funes, es decepcionante. Marcado de tacticismo que ha rayado muchas veces en oportunismo y nepotismo político. Peor todavía, en sostenedor fundamentalista de la partidocracia. Caminando siempre sobre los carriles de no “tocar los problemas estructurales” para no molestar a la derecha. Por supuesto, polémica sí, mas nunca nada concreto sobre cómo echar a la basura la criminal política de la dolarización, o enfrentar a las raíces el problema de la educación y abrirle las puertas a la representación política directa a un pueblo sin bozal partidario
f)        Ahora bien, la primera objeción que espontáneamente podría hacérsele a las posibles soluciones de los problemas anteriormente mencionados sería: ¡no tenemos suficientes recursos! Falso, El Salvador cuenta con una gran riqueza de recursos, y es la inteligencia, capacidad, coraje, espíritu de sacrificio y fuerza del pueblo salvadoreño,  al cual las oligarquías viejas y nuevas, nunca le han dado la oportunidad. Por supuesto, “El qué hacer” también implica paralela una estrategia de acopio de recursos. Sobre éste punto expresaremos nuestra opinión en los próximos artículos. Porque éste es el primero de una media docena en el cual tocaremos los contenidos del Contrato Social que los salvadoreños necesitamos.
(Sigue II: La reforma educativa)



¡El contrato social que El Salvador necesita!
Carlos M. Lobato
II
Oh, mia patria sì bella e perduta
Oh, membranza si cara e fatale
(Giuseppe Verdi, Il Nabbuco, Coro degli schiavi)[2]

La reforma educativa
El Fundamento sobre el cual se debería construir el progreso del país es un sistema educativo, el cual no debe entenderse limitado al sistema escolar tradicional, sino extendido a todo el complejo humano de la república. Para ello es necesario tener claro cuál es el objetivo, y que eso al mismo tiempo depende y afecta a todo el sistema funcional del país. Tal cómo se debería hacer tendría efecto directo sobre el orden público, la economía, finanzas, empleo, autosuficiencia alimentaria, salud y en general progreso.
Para explicar mi opinión expongo en primer lugar los presupuestos que la condicionan.
1)      En primer lugar el país vive una circunstancia de posguerra endémica: 1993-2014. En el 1993-1995 se habló mucho de transición, pero casi nada de posguerra civil, y mucho menos se puso en marcha un programa que sanase las heridas del conflicto y sus efectos: en primer lugar un pueblo con una mayoría de población contando menos de 22 años, sin profesión, sin medios, sin oportunidades y sin dirección. Es decir la transición ha existido solamente del diente al labio en el populismo demagógico.
La izquierda pensó que el pueblo la recibiría con los brazos abiertos, y contando con su apoyo iría en línea directa al control del ejecutivo, desde el cual repararía los daños de quinientos años de sistema colonial. El resultado fue la gran desilusión que tampoco provocó una reflexión sobre cómo la derecha, poco inteligente, pero astuta como siempre, actuó con el único objetivo de aprovecharse de la situación para acumular más dinero y lanzar, viento en popa, la política de la corrupción. Los jóvenes, la verdadera fuerza del país, ya que el suelo patrio no les ofrecía perspectiva alguna, pensaron solamente en cruzar las fronteras y buscar fortuna en los EUA, o a dónde fuese y se pudiese. Situación que la gran depresión que ataca al pueblo estadounidense (no a los superricos que ahora son más ricos que nunca) ha también restringido la paleta de oportunidades para los jóvenes salvadoreños.
En veinte años la situación ha cambiado; porque ha empeorado. Ahora, a la crisis nacional dolarizada; amputada de una política monetaria soberana, se suma la crisis mundial creada por los bancos y las finanzas.
2)      Esta posguerra endémica que vivimos es una situación excepcional, fuera de lo normal. El “Qué hacer” tiene por objetivo alcanzar la normalidad, un sistema de convivencia con problemas “normales”, sin poder de crímenes organizados, sin el poder de la corrupción, con instituciones a las cuales se les puede otorgar la confianza de la buena gestión y justicia, etc. En este sentido, los proyectos del “qué hacer” tendrían que proceder teniendo en mente medidas transitorias, urgentes, de mediano y de largo plazo.
3)      Conditio sine qua non para que los proyectos, cualquier proyecto de desarrollo y justicia se pueda llevar a cabo en el país, consiste en recuperar la soberanía monetaria. Desdolarizar al país es una cuestión de supervivencia pura. Solo la codicia de una neo-oligarquía económicamente medio analfabeta y un presidente ladrón con síndrome de Asperger, como Flores, pudieron realizar sin escrúpulos, una medida tan nefasta para la economía nacional. Naturalmente excelente para los ricos que acumulan capital en dólares y luego lo invierten en bolsas en el extranjero y están siempre listos para huir con el botín que les ha producido el pauperismo del país.
4)      Lo que se presenta como misión imposible para realizar una reforma educativa que tenga sentido para los salvadoreños consiste en que se tiene que contar con la participación activa de las instituciones del Estado, de las ONG, del ministerio de educación, sobre todo con la estructura productiva del país, la parte de la iglesia empeñada en la educación y el ejército.

Objetivo de la reforma educativa
La reforma educativa debe tener un objetivo claro, preciso y responder a lo que históricamente el pueblo necesita. En caso contrario se vuelve a las “reformas” de ARENA, bajo la pantalla de señoras de múltiples apellidos, que confundieron la educación con construir algunos locales, para justificar la ayuda exterior, o al silencio reformista de la presidencia Funes.
Objetivo de la reforma educativa es lograr que cada ciudadano al llegar, en promedio a los dieciocho años, haya alcanzado un grado de autosuficiencia de juicio, práctico y espiritual suficiente, concretizado en una formación profesional. Dicho de otra manera,  en un promedio de tres años después de la escuela media (secundaria), pueda haber logrado dotarse de una calificación profesional. Alternativo queda el bachillerato para los jóvenes que quieran seguir una carrera universitaria.
Presuponemos seis años de escuela primaria y tres de escuela media. En promedio terminar la escuela media con 16 años.
Es decir, terminada la escuela media, un joven pueda acceder a un sistema de formación técnico profesional organizado en un sistema de aprendizaje de la duración promedio de tres años. En este sentido, los jóvenes, al llegar en promedio a los 18-19 años hayan alcanzado un nivel técnico profesional. El concepto de técnico no se circunscribe a las profesiones que contribuyen a la producción de bienes materiales y servicios, también comprende sectores humanísticos, por ejemplo, paramédicos o asistentes sociales.
Para la parte de los jóvenes que desean seguir una carrera universitaria, construir un bachillerato –separado de la formación profesional- que esté a la altura de verdaderos estudios universitarios. Las actuales universidades tienen estudios para diplomas que, aparte de realizarse predominantemente como teoría en idioma, matemáticas, física, química, biología, historia, etc., están muy debajo de los niveles internacionales,  por ejemplo de los establecidos en Europa mediante el tratado de Boloña.
En general las carreras universitarias en los países desarrollados son más cortas que en El Salvador, porque no tienen ocuparse de los conocimientos fundamentales que deben ser adquiridos en el bachillerato. No sólo las carreras son más cortas, la función plena de las universidades se desarrolla en la investigación científica. La formación profesional es sólo un parte de la función universitaria.
La reforma educativa para que sea efectiva debe abarcar el estamento poblacional de una generación; es decir, entre el primer día de vida y los 25 años. En este sentido, en la edad pre-escolar, en promedio hasta los siete años, la reforma debe comprender el apoyo a las familias, asilos nidos y jardines infantiles.
Solamente esta parte del proyecto reformista implicaría la necesidad de grandes recursos económicos, humanos y administrativos. Sobre los recursos económicos y financieros en general, como dicho en la introducción, hablaremos en el siguiente artículo (IV). Recursos humanos el país los posee en grado suficiente. Se trata sólo de utilizarlos.
Desde el punto de vista administrativo, es imprescindible la descentralización político-administrativa y fiscal del Estado: mayor responsabilidad a las alcaldías y gobernaciones departamentales. La reforma educativa marcha paralela a una reforma político-administrativa. En el siglo XIX, Gerardo Barrios estableció la reforma educativa de la época: descentralizada. La creación y funcionamiento de la mayor parte de las escuelas estaba en manos de las alcaldías. Se ve que siglos atrás se pensaba mejor que ahora.    
Desde el punto de vista escolar la reforma educativa en El Salvador, un país en el cual la casi mitad de la población, ahora como ahora, no supera los 25 años, es lograr que los jóvenes alcancen autosuficiencia técnico-profesional, cuando cumplan un promedio de edad entre los 18 y veinte años.
Todos los países de mayor desarrollo humano que conozco, Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Japón, China continental, entre los principales, su fuerza espiritual y material de crecimiento está sostenida por una mayoría de formación profesional intermedia que se desarrolla después de la escuela secundaria o escuela media. Los Estados Unidos están perdiendo dicha fuerza a causa del acelerado proceso de desigualdad social que multiplica el destaque entre su oligarquía (1% y sobre todo el 1% del 1%) y los millones de ciudadanos que entran en el recinto de la pobreza. Todo por obra y gracia de la hegemonía alcanzada por su sistema financiero-bancario.
La hegemonía de las finanzas, globalmente ha logrado que 85 individuos tengan tanto dinero como lo tienen juntos (50%) tres mil millones y medio de habitantes del planeta.
En nuestro caso, dado que padecemos ultradesigualdad aguda, autosuficiencia es lo que el pueblo salvadoreño espontáneamente han estado haciendo desde hace siglos: “arreglárselas para vivir”, de cara a una vieja y nueva oligarquía acaparolotodo y que no deja nada  fuera de su ambicioso egoísmo, su racismo y su psicopatía social.
La reforma educativa tendría el sentido de proveer al pueblo del conocimiento (el know how) y con-ciencia que necesita para poder realizarlo en forma plena y productiva.
En El Salvador, la pedagogía de la formación técnica, el aprendizaje profesional, aparte algunos institutos, ha sido en forma espontánea, sin organización, limitada a pocas profesiones, por ejemplo en los talleres mecánicos. En general un camino Inhibido por el obtuso pensamiento  e incapacidad  del poder que nunca se desarrolló en la forma que se hubiera necesitado. También ha sido inhibida por un mal entendido del derecho laboral y un “descuido” del sistema educativo.
Las profesiones intermedias no se han desarrollado en el país, porque el sistema de adquirirlas ha sido muy limitado, casi inexistente. Resultado de la manera de entender el país que tienen los ricos. La movilidad social se ha concentrado en un nivel universitario raquítico.
El sistema educativo del aprendizaje profesional, presupone el itinerario escolar desde la primaria hasta la secundaria. Trataremos este tema, después de exponer la forma posible del sistema del aprendizaje; porque con todos sus límites, la estructura escolástica ya existe, se trata de mejorarla y ampliarla. El sistema de la formación profesional mediante el aprendizaje no existe, se trata de crearlo.
Para las empresas de servicios, con los bachilleratos comerciales, en parte (bastante incompleta) se ha respondido a la demanda de fuerza trabajo destinada a dichos sectores. Considerando las necesidades patrias de educación, un resultado efímero de la nefasta reforma educativa del 1968, que tenía en mente proporcionarle fuerza de trabajo al mercado laboral. Concepto que sacrificó generaciones en función de un mercado laboral raquítico. La reforma educativa del contrato social tiene por objeto profesionalizar (capacitar) a los jóvenes, para que ellos creen el mercado, para que ellos mismos creen las fuentes de producción y consumo.
La escuela primaria y secundaria deben tener por objetivo principal el aprendizaje y para los jóvenes que tienen la capacidad y motivación de seguir una carrera universitaria después de la escuela media, continuar un bachillerato en plena forma. Es decir, terminada la escuela secundaria pasar posteriormente a la profesionalización intermedia, o pasar (bachillerato) a la preparación de lo que una carrera universitaria necesita.
¿Cómo tiene que funcionar el sistema del aprendizaje? Es un sistema mixto de trabajo práctico en una empresa productiva o de servicios, una oficina, una cooperativa o empresa agropecuaria, etc. y paralelamente asistencia a clases en una escuela profesional. Por ejemplo, tres días de práctica, y dos días de escuela profesional, concentrados en el tipo de profesión que el joven persigue alcanzar. Por ejemplo, en las diferentes ramas de la construcción edilicia, conocimientos matemáticos, físicos, etc., atinentes a dicha profesión, de manera que en tres años  se formen albañiles, carpinteros, modernos herreros (que trabajen el hierro y los metales en general), electricistas, etc., con formación profesional.
Un sistema escolar que presupone la existencia de escuelas profesionales que funcionen paralelas a la formación práctica. Presupone que en los centros productivos o de servicios, a los cuales asisten los aprendices, tengan la guía de formadores profesionales expertos en sus propias ramas, lo que una vez se llamaban los “maistros”. Lo cual significa que las escuelas profesionales no solamente deben proveer los conocimientos necesarios a la profesionalización de los jóvenes, deben también proveer de conocimientos didácticos, a los que en los centros de trabajo, tienen a su cargo la formación de los aprendices.
Es tarea del Estado, del Ministerio de Educación, el Ministerio del Trabajo, del Ministerio de Salud, establecer los objetivos, criterios y normativa que regule el sistema del aprendizaje.
El lado práctico del aprendizaje profesional tendría que llevarse a cabo en las empresas privadas, industriales, comerciales, agropecuarias, talleres, al igual que en los diferentes sectores del Estado. En este sentido tiene que desarrollarse a priori un programa de apoyo e introducción de todo el sector productivo en el sistema. Por supuesto, las empresas deben tener la libertad de aplicar o no el sistema de aprendizaje.
(Sigue III: La deserción escolar)


¡El contrato social que El Salvador necesita!
III
Oh, mia patria sì bella e perduta
Oh, membranza si cara e fatale
(Giuseppe Verdi, Il Nabbuco, Coro degli schiavi)[3]

Carlos M. Lobato
La deserción escolar
Grave problema para el desarrollo humano del país es la falta de un sistema de formación profesional intermedia. En los países desarrollados esto se lleva a cabo mediante el sistema del aprendizaje. Una combinación de trabajo práctico en el mundo laboral y escuelas profesionales, que se desarrolla terminada la escuela media.
El lastre mayor del progreso nacional, es la deserción escolar, resultado de la pobreza. Ahora bien, para combatir la deserción parvularia, primaria y secundaria es necesario construir un sistema de comedores escolares. La educación camina pareja con la alimentación, y un sistema de comedores escolares es posible si en el país existe soberanía alimentaria.
Sin tomar en cuenta la calidad de la enseñanza, el otro factor que condiciona la deserción escolar es el poco sentido que tienen, desde el punto de vista del empleo, nueve años de escuela cuyo desemboque se encuentra en bachilleratos que no son bachilleratos de verdad. Profesionalmente forman prevalentemente porcentajes insuficientes (considerando los cientos de miles de jóvenes que necesitan un futuro de empleo) para los sectores administrativos, comercio y burocracia en general. ¿Y luego qué? Carreras universitarias que no llegan a la altura requerida de los profesionales que necesita el país, como tampoco  alcanza los estándares internacionales. Para los niveles de pobreza del país, es decir para la mayoría, es un itinerario imposible de alcanzar.
En aras de evitar malos entendidos, quede claro que la deficiencia no puede ser atribuida al caudal humano empeñado en todos los niveles del campo pedagógico. Lo que es más, dadas las circunstancias, si se logran algunos resultados positivos, es gracias a su esfuerzo por salir adelante, no obstante todas las dificultades. La responsabilidad de nuestro atraso recae sobre el sistema hecho y derecho a la imagen y semejanza de los intereses de la oligarquía y su esquizofrénica ambición de mantener sus privilegios, señoreando sobre un complejo social sometido a la política de la ignorancia.
En pleno colonialismo los indios no debían aprender a leer y escribir. Eran condenados a morir azotados. En los estados esclavistas de los Estados Unidos, tipo Alabama o Texas, los esclavos que aprendieran a leer y escribir eran condenados a muerte. La misma política. Ahora, el mismo objetivo se obtiene diferentemente: no se proporcionan los medios para que el pueblo alcance el nivel de educación que necesita. Tampoco el sentido de un objetivo claro que debe ser alcanzado. El resultado más evidente es la deserción escolar que significa el tener que doblegarse ante el destino infame que la clase dominante del país les reserva a los jóvenes.
Ponerle remedio a la deserción escolar significa poner en práctica, que los jóvenes a partir de los dieciocho años, o al terminar un aprendizaje, o carrera universitaria, les es obligatorio prestar servicio militar o el servicio civil obligatorio. Servicio social que parte de reglas básicas y objetivos precisos. En primer lugar, el servicio militar o el civil, tienen que ser cumplidos por todos. Hasta la fecha, por ejemplo, el servicio militar, es tarea exclusiva de los jóvenes campesinos. Sin embargo tiene que ser realizada por todos, sin dejar de lado los hijos de las familias pudientes. Excepto en casos de invalidez o incapacidad corporal o psíquica.
El servicio militar obligatorio tiene que ser una medida transitoria, que debe durar hasta cuando los objetivos de educación y estabilización del país se han logrado (¿una o dos generaciones?). Posteriormente  el servicio militar tiene que ser voluntario. El servicio civil, sin embargo debe conservarse. En el servicio civil, los jóvenes deben ocuparse de los proyectos que el país necesita, desde la reforestación hasta el saneamiento del agua, la alfabetización, la asistencia contra las catástrofes naturales, prevención contra enfermedades, tipo dengue, paludismo, etc. Para curar las enfermedades que causan el alto porcentaje de mortalidad infantil, tipo infecciones intestinales, pulmonares, desnutrición, etc., no se necesitan en primera línea médicos, ni grandes estructuras hospitalarias. Sí, personal preparado como paramédico que practique sobre todo en las zonas rurales, como ambulante o en sedes rurales fijas.
El objetivo es que hasta llegados en promedio, a los 18 años, todos los jóvenes asistan a una escuela, o  un aprendizaje para adquirir una profesión.
En la situación actual que comprende desde el analfabetismo de los niños que nunca han asistido a una escuela, hasta la deserción de la escuela primaria y secundaria la pregunta sería ¿qué hacer?
1.       Se tiene que partir de una descentralización política y fiscal del sistema estatal de manera que las alcaldías y las comunidades se ocupen “in loco” de sus escuelas. Nadie mejor que la colectividad local puede ocuparse de sus propios hijos. El Estado debe funcionar como apoyo de las situaciones locales, teniendo por objetivo la estandarización de los niveles educativos.
2.       El grave problema del analfabetismo tiene que ser enfrentado mediante las escuelas rurales y brigadas de alfabetización para los adultos, organizadas con el servicio civil.
3.       Si contra la deserción de la escuela elementar es necesario construir comedores escolares y estructuras escolares que tengan capacidad suficiente para cubrir la población infantil y en general pre-adolescente; qué pasa con los jóvenes mayores de doce o trece años, hasta los dieciocho, que no han asistido a la escuela elementar, o lo han hecho por poco tiempo, o en todo caso no han terminado la escuela primaria, o la secundaria. Aquí es necesario crear  algo completamente nuevo: lo que llamo escuelas de integración. Escuelas con programas especiales que provean los conocimientos básicos necesarios, que sirvan para complementar la  ausencia de la escuela primaria y  secundaria que le permitan a los jóvenes acceder a un aprendizaje profesional.
4.       La otra cuestión que deriva de la deserción escolar es ¿Qué pasa con los jóvenes mayores de dieciocho años que no tienen una profesión? Es en este punto que entra el servicio militar y el servicio civil. El objetivo del servicio militar no es la militarización de los jóvenes, sino enmarcarlos en una estructura social que a la par del servicio militar, puedan practicar (si lo quieren) un aprendizaje e formación profesional o una escuela de integración si es necesario.  El servicio civil es ya en sí una contribución directa al desarrollo humano del país; sin embargo, para los jóvenes sin formación profesional, esa  tiene que ofrecer la misma oportunidad de poder, si es  necesario, asistir a las escuelas y aprendizajes de formación profesional.
5.       Si la espina dorsal del desarrollo humano del país se encuentra en la profesionalización después de la escuela secundaria, o escuela media, área completamente descuidada por el poder dominante; el otro lado flaco de todo el proceso educativo salvadoreño se encuentra en el bachillerato. En gran medida, las universidades del país han tenido que asumir el papel de complemento de bachilleratos a la par de una formación profesional. Sin embargo, el rol de las universidades debería concentrarse en este segundo aspecto y no producir parches para tapar las deficiencias del bachillerato.  En este sentido se deben crear bachilleratos tres  años después de la secundaria que tengan como claro objetivo la preparación para una carrera universitaria. Esto implica a) Los bachilleratos deben someterse a control estatal b) Las carreras universitarias deben reducirse  a un máximo de cuatro o cinco años  (licenciaturas) c) Los doctorados deben ser títulos de reconocimiento por el aporte científico en los campos humanísticos o de las ciencias naturales. ch)  Los profesores del bachillerato deben tener un nivel de formación profesional universitaria. Esto significa crear una facultad universitaria de pedagogía ramificada en las distintas especialidades o reactivar con nivel universitario la escuela Normal Superior.
6.       Ahora bien, para empezar no se debe deshacer lo que con mucho esfuerzo se ha logrado construir. Se trata de ampliar y desarrollar los sistemas y estructuras positivas. Desde las universidades hasta las escuelas privadas (que en El Salvador se les denomina colegios), el Estado debe también  apoyarlas para que puedan superar sus deficiencias. Los colegios y universidades de órdenes religiosas, las jesuitas, salesianos, maristas, bautistas etc. y otras más que piensen fundar centros educativos en el país, no hacen excepción. Dada la escasez de escuelas públicas, el Estado debe proporcionar becas para los estudiantes de pocos recursos que demuestren se buenos estudiantes, de manera que pueda estudiar en buenos colegios. Presupuestariamente al Estado, y a las municipalidades, le costaría menos inversión sostener un porcentaje de becas para los buenos estudiantes, que construir las estructuras necesarias para cubrir los estudios del mismo número de niños y jóvenes. Es decir, la reforma educativa debe caminar pareja en todos los niveles.
7.       Por igual se deben apoyar económicamente las universidades privadas para que alcancen el nivel de verdaderas universidades, según los estándares internacionales. Por supuesto, la Universidad Nacional tiene prioridad y se deberían crear, o desarrollar si ya existen, las facultades que son urgentemente necesarias para el desarrollo del país; por ejemplo Biología Marina, Geología, Genética ligada a la agricultura, Ingeniería Industrial, Ingeniería Informática, Física, Astronomía, etc.
8.       Al Estado le corresponde establecer las normas que regulen el deber ser de la pedagogía en todos los niveles, en función de los objetivos de excelencia que es necesario alcanzar en los diferentes grados de profesionalización.
9.       De nuevo y a cada paso, pienso, es lógico, que la pregunta que se pondrá un o una ciudadano(a) es: suponiendo que haya una fuerza de voluntad política, y una dirigencia, que piense poner en marcha una reforma educativa en el sentido del perfil anterior ¿de dónde se va a echar mano de los recursos necesarios? Responderemos en el siguiente artículo.
(Sigue IV: Un plan de desarrollo económico)




[1] Oh, patria mia, tan bella,  perdida
  Oh, recuerdo tan querido y fatal

Giuseppe Verdi, Il Nabbuco, Coro de los esclavos
[2] Oh, patria mia, tan bella  perdida
  Oh, recuerdo tan querido y fatal

Giuseppe Verdi, Il Nabbuco, Coro de los esclavos
[3] Oh, patria mia, tan bella,  perdida
  Oh, recuerdo tan querido y fatal

Giuseppe Verdi, Il Nabbuco, Coro de los esclavos

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